¡Qué maravilla! Hoy en día el arte está bien, pero que muy bien considerado por nuestros políticos. Por lo que parece, se ha convertido en poco menos que el bálsamo de Fierabrás capaz de subsanar los muchos problemas que plantea o agudiza la actual “crisis” sanitaria y social. Bueno, tampoco exageremos, casi siempre se trata del arte y la cultura, todo junto, independientemente de lo que entendamos por ello.
Pero no, de verdad: es un momento impactante. El pasado 2 de mayo, en respuesta a una tribuna titulada “La culture oubliée” (“La cultura olvidada”, Le Monde, 30 de abril), firmada por una buena cohorte de artistas de renombre, Emmanuel Macron dirigió a estos un tuit entusiasta: “No hay manera de inventar el futuro sin vuestra capacidad de imaginación”. El 6 de mayo, al terminar su encuentro con otro grupo, afirmó enérgicamente que se pondría en marcha un programa de encargos públicos (...)