Los trabajadores del arte y la cultura están pasando por momentos difíciles. En el sector del espectáculo, teatros y cines han cerrado, lo que ha detenido bruscamente el proceso de difusión de las obras y las entradas de dinero. En las artes visuales, las galerías y los museos han dejado de recibir al público. En el sector del libro, los escaparates de las librerías han permanecido con la persiana bajada durante semanas. Trabajadores en situaciones heterogéneas (artistas y autores, empleados, trabajadores temporales, pequeños emprendedores, etc.) se han visto abocados al paro parcial o se han encontrado sin contratos ni recursos.
En Francia, decenas de miles de ellos actualmente no tienen ingresos o dependen de mecanismos inadecuados, como el “fondo de solidaridad para pequeñas y medianas empresas, autónomos y microemprendedores”, disponible para artistas-autores desde el pasado abril. Al mismo tiempo, su protección social se ve comprometida, ya que, en parte, es proporcional (...)