La Primera Guerra Mundial permitió a Japón emerger como una potencia de primer orden en el concierto de las naciones. El imperio aprovechó su entrada en el conflicto junto a la Entente contra Alemania, en 1914, para reforzar sus posiciones tanto en el Extremo Oriente como en el océano Pacífico. En la sesión inaugural de la Conferencia de Paz, el 18 de enero de 1919, forma parte del consejo de los cinco principales vencedores, disponiendo de dos asientos, al igual que Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia.
La conferencia que tiene lugar en París, y posteriormente en Versalles, prepara los tratados que deben sellar diplomáticamente la Primera Guerra Mundial, e instaurar una nueva organización internacional que se pretende garantice la solución pacífica de los conflictos: la Sociedad de Naciones (SDN). El Gobierno japonés fija a su delegación dos objetivos principales: la sucesión de los derechos alemanes en China (provincia de (...)