En el discurso televisado del 10 de diciembre de 2018, durante el cual decretó el “estado de emergencia económica y social”, Emmanuel Macron declaró: “El salario mínimo de un trabajador aumentará en cien euros al mes a partir de 2019”. Rara vez habíamos visto a un presidente de la República, en plena crisis, mentir tan descaradamente sobre una medida esencial. Efectivamente, no se va a dar ningún “empujón” al salario mínimo: a partir del 1 de enero de 2019, solo se aplica la ley –esto es lo mínimo–, es decir, un aumento del 1,5%, que no compensará la inflación.
Al día siguiente del discurso, los ministros responsables del servicio posventa tuvieron que bregar para explicar que, en realidad, los cien euros incluían los veinte euros vinculados a la reducción de las contribuciones de los trabajadores efectuada en 2018 (lo que constituía un logro) y ochenta euros adicionales, obtenidos mediante la aceleración (...)