Chicago, abril de 2018. En el recóndito escenario de un hotel de lujo situado en las inmediaciones del aeropuerto O’Hare, unas doscientas personas entonan, con el puño en alto, lemas en apoyo de los docentes de Arizona, Kentucky y Oklahoma: “¡Aguantad!”, “¡No deis marcha atrás!”. Ese momento de solidaridad cierra un seminario del congreso sindical bianual organizado por la revista de activismo Labor Notes. En el estrado, seis profesores, un hombre y cinco mujeres, llevan una prenda roja, color emblemático del movimiento Red for Ed –“Los rojos por la educación”–, un nombre que juega con la ambigüedad que rodea al color rojo: en efecto, este se asocia tanto con la tradición socialista como con el Partido Republicano, que gobierna los estados de Estados Unidos en los que la oleada de huelgas se ha desarrollado desde finales de febrero.
El primer foco de protestas surgió a mitad del invierno en Virginia Occidental. (...)