“¿Podemos escapar del turismo de masas?”. Esta tarde de finales de junio, una veintena de habitantes de Bol se han reunido para examinar el asunto. Colindante con la gran playa convexa de Zlatni Rat, que se adentra en el mar como un espolón, esta población de la isla de Brac (sur de Dalmacia) es uno de los lugares de veraneo más populares de Croacia. Menos de mil personas viven en ella durante todo el año, pero cuenta con siete mil camas y recibe varias decenas de miles de turistas durante la corta temporada turística, de mediados de junio a mediados de septiembre.
Desde el final de la guerra, hace poco más de veinte años, apretadas filas de nuevas casas han ido invadiendo las colinas, haciendo retroceder los pinares y viñedos. Todas cuentan con habitaciones y apartamentos de alquiler en los que se amontonan enjambres de turistas de Alemania, los Países Bajos (...)