En febrero de 2017, Mark Zuckerberg, fundador y patrón de Facebook, dirigía una larga carta abierta a su “comunidad” –es decir, a los aproximadamente dos mil millones de usuarios de su red social–. “¿Estamos construyendo el mundo que todos deseamos?”, les preguntaba de repente.
La respuesta se daba por sobreentendida. Según Zuckerberg, la humanidad progresa cuando logra echar abajo las divisiones sociales y geográficas para formar comunidades morales cada vez más extensas. “La historia muestra cómo hemos aprendido a reunirnos en grupos cada vez más grandes –tribus, ciudades y, más tarde, países–. En cada etapa, hemos construido infraestructuras sociales (comunidades, medios de comunicación, Estados) para dotarnos de medios con los que realizar proyectos que no podríamos llevar a cabo solos”.
En tanto que presidente-director general (PDG) de una multinacional que exhibe beneficios récord y un crecimiento insolente, Zuckerberg se muestra por lo general prudente cuando se aventura en el terreno político. No (...)