En una callejuela del sur de Phnom Penh se encuentra un pequeño restaurante con una barra, algunas mesas y olor a falafel. Mideast Feast ofrece especialidades sirias y libanesas, algo poco habitual en una capital ciertamente cosmopolita, pero en la que no abundan los ciudadanos de Oriente Próximo. Abdullah Zalghanah, el propietario, no sabía nada sobre Camboya hasta que lo mandaron repentinamente a este país. Su historia es la de un exiliado enviado de un país a otro a merced de la política de asilo australiana.
Zalghanah es sirio. Hace ocho años aún era panadero y regentaba un restaurante en Deraa, donde vivía con su esposa y sus cuatro hijos. Entonces llegaron la guerra, las bombas, los combates en las calles. Y, como muchos otros, huyó de su ciudad, convertida en un campo de batalla, hasta el Líbano. Allí dejó a su familia para comenzar a buscar un país en el (...)