¿Está convirtiéndose el trabajo en el caballo de Troya de un nuevo “peligro amarillo”? En efecto, puede pensarse algo así a la luz de los análisis que ven en China el “taller del mundo”, “nuestra pesadilla” o… “nuestro futuro”. El trabajo chino se ha convertido en el centro de todos los fantasmas: el del desempleo que originan las deslocalizaciones y el del regreso a un “infierno capitalista”, tanto para China como, probablemente, para la humanidad en su conjunto. El análisis supone a la vez la existencia de un poder globalizado que se manifiesta en el Imperio del Medio bajo una forma “capitalista-comunista”, donde se suma un régimen autoritario “de izquierdas” a la explotación capitalista.
Pero es imposible resumir la realidad en una consigna o una especificidad cuasicultural que haría de los chinos gente industriosa por naturaleza. Sin necesidad de ponderar los “lados malos” del capitalismo chino con los “buenos”, se trata (...)