Es un final de ciclo, un verdadero cambio de era el que anuncia esta elección presidencial. Dadas las apuestas que conciernen a su futuro, toda Europa sigue atentamente las rivalidades electorales en curso. Obligadamente nueva, ¿logrará la personalidad que se imponga en mayo restablecer la confianza, apaciguar las tensiones entre las comunidades, y relanzar el debate con la Unión Europea?
Por supuesto, estamos hablando de Turquía, que en medio de violentas manifestaciones y enfrentamientos elige a comienzos de mayo, para siete años, a su nuevo presidente, quien asumirá sus funciones el 16 de este mes en curso.
Predominantemente honoríficas, las funciones del presidente turco –actualmente Ahmet Necdet Sezer– le otorgan el poder de designar a los jueces, a los rectores de las universidades, a sus jefes del Estado Mayor de los ejércitos, y de disolver el Parlamento. No es elegido por sufragio universal sino por los diputados. Ahora bien, el Parlamento está (...)