Los europeos acaban de redescubrirlo: uno de los actores más influyentes de sus democracias se preocupa poco por las urnas. ¿Su nombre? “El inversor”. En mayo de 2018, el presidente italiano Sergio Mattarella hundió, por un instante, a su país en una crisis al rechazar el nombramiento de Paolo Savona como ministro de Economía. Este último contaba con el apoyo de los dos partidos encargados de formar Gobierno, La Liga (extrema derecha) y el Movimiento 5 Estrellas (“antisistema”)… pero no le tenía gran estima a la Unión Europea. “El nombramiento del ministro de Economía siempre constituye un mensaje inmediato de confianza o de alarma para los agentes económicos y financieros”, justificaba el jefe de Estado el 27 de mayo. Ahora bien, el inversor aprecia a la Unión Europea, moldeada para recompensarle con creces.
Ya que el nombre de Savona hacía que se cerniera sobre Italia la amenaza de la ira de (...)