La crisis? ¿Qué crisis? –exclama Djamel Bendimered, ex maquis y dueño de la fábrica de ladrillos más grande del oeste argelino–. ¡Hay trabajo y dinero para mucho tiempo!”. Ante él, el gran Tremecén (250.000 habitantes) se extiende a lo largo de más de 20 kilómetros. De este a oeste, el gris del hormigón va royendo la verde llanura de abajo, que hasta principios de los años 1970 estaba cubierta de vergeles y olivares. Empresas constructoras o particulares, cada cual edifica a su modo y de acuerdo con sus posibilidades. Tremecén sigue coleccionando ciudades dormitorio, barrios polvorientos y periferias satélite: Kiffane alberga a cuadros directivos y funcionarios desde los años 1980; Imama, el nuevo “centro”, acoge sobre todo a las administraciones.
Con la llegada de los años 2000, todo se acelera. Oulidja ya tiene 35.000 habitantes; Boulidja, que está enfrente, en otra colina, alberga a 25.000. Allí es fácil reconocer los edificios (...)