Detrás de la ciencia, un filón comercial

Una disciplina punta, la genética, afecta a las bases mismas de la vida. Una tecnología invasora, Internet, transforma poco a poco la actividad humana. La confluencia de ambas acaba de producirse. Los inversores se regodean al respecto, mientras que los científicos discrepan. Porque esta alianza se une en un campo sensible: el del ADN. Una sencilla muestra de materia orgánica basta para desvelar la información genética de un individuo. Y ya hay empresas que ofrecen estos servicios en Internet por unos cientos de euros (léase el artículo de Catherine Bourgain). A finales de los años 1980, las investigaciones habían fundado la esperanza de una revolución médica. Sin embargo, a pesar de avances significativos y de colectas públicas como los “Telemaratones”, el éxito de la terapia genética está aún por llegar. La genética personalizada en Internet llega justo a tiempo de renovar el interés del público… y de abrir nuevas perspectivas (...)