Me desempeño en distintos ámbitos empresariales, como químico-farmacéutico, la industria cultural y las actividades forestales y agropecuarias. Desde esa condición, he participado y disfrutado con orgullo de la recuperación económica y social de Argentina iniciada en 2002. Como argentino, me congratulo de que mí país se encuentre mejor armado que en otras épocas ante las amenazas de la crisis económica internacional. La combinación virtuosa de crecimiento económico, balanza comercial internacional favorable, superávit fiscal y fuertes reservas en divisas, permite afrontar las dificultades con buenas perspectivas.
No obstante, en las últimas semanas, a partir de lo que se dio en llamar “la crisis del campo”, el cariz que ha tomado la situación económica y política ha comenzado a preocuparme. En realidad, creo que la crisis del campo puede tomarse como referente de un fenómeno más general, ya que de su manejo y resolución podrá discernirse el modelo de país al que nos (...)