El cristianismo se enfrenta a una fuerte competencia: de aquí a 2050, según proyecciones demográficas, al porcentaje de cristianos, estabilizado en un 31% de la población mundial, se acercaría el de los musulmanes (casi un 30%), cuyo número de fieles crecerá dos veces más rápido que la población mundial en cuarenta años, sobre todo en Asia. Entre estos, los católicos, cuya cifra hoy se calcula en 1.200 millones, también se verán reducidos en número por los evangélicos y pentecostales: hoy, las cifras son de un cristiano por cada cuatro y de dos protestantes por cada tres.
Para reunir a la familia cristiana, el Papa Francisco demuestra un evidente celo ecuménico. En principio, se presentó oportunamente a los ortodoxos como simple “obispo de Roma” e invita a decenas de pastores evangélicos y pentecostales al Vaticano. Sobre todo ha invertido los objetivos de sus predecesores en su parroquia: actualmente valora los puntos fuertes (...)