Setenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial, nadie podía imaginar semejante movilización por parte de los japoneses –desde los mayores, que vivieron la guerra, hasta los más jóvenes, que ni siquiera vieron la caída del Muro de Berlín. En rechazo al “golpe de Estado parlamentario” del Gobierno de Shinzo Abe, se han manifestado frente a la Dieta (el Parlamento) todos los días desde hace más de un año, incluido este verano, en plena canícula. Sólo el pasado 18 de julio, más de cien mil personas salieron a la calle.
El Primer Ministro pretende aprobar un proyecto de ley sobre seguridad que autoriza a las Fuerzas de Autodefensa (nombre oficial del ejército) a participar en operaciones exteriores –lo que él llama “autodefensa colectiva”– en dos casos: si Japón o uno de sus aliados es atacado o si no existe otra forma de proteger al pueblo. No obstante, la Constitución (...)