Carta a Yayi Bayam Diouf, mi hermana
Doscientos conciudadanos tuyos y casi otros tantos míos están entre los ochocientos muertos del naufragio del 18 de abril de 2015 frente a las costas de Sicilia. De muchos de ellos ya no se habla, de muchos no se hablará jamás, sepultados en esas fosas comunes en las que se han convertido el desierto del Sáhara y el Mediterráneo.
Tu único hijo partió un día hacia Europa junto a otros ochenta y nueve jóvenes de Thiaroye (Senegal) a bordo de una embarcación que el mar se tragó. Nos conocimos porque, en mi país, otras madres de emigrantes desaparecidos que no quieren olvidar ni dejar de luchar me interpelaron: “No hemos vuelto a ver a nuestros hijos, ni vivos ni muertos. El mar los mató. ¿Por qué?”. Ellas tampoco sabían nada de ese mar asesino, puesto que nuestro país no tiene salida al mar.
Siempre recordaré, valiente (...)