La organización y el financiamiento del sistema de salud tienen que repensarse en función de dos categorías: la que corresponde a las enfermedades agudas que requieren prescripciones definidas y gestos técnicos, y que necesitan cuidados médicos limitados en el tiempo, y la que requiere hacerse cargo de enfermedades crónicas de larga evolución. El financiamiento de los hospitales debería ser plural: una parte provenir de la actividad codificada para los actos técnicos (después de que se corrijan las codificaciones actuales de la T2A); otra proveniente de forfaits para las patologías crónicas; y una tercera a través de un presupuesto para las misiones de servicio público que necesitan de verdad ser evaluadas; pero también una importante revalorización en lo relacionado con los 10% previstos en la actualidad (la Federación Hospitalaria de Francia reclama una revalorización a la altura del 50% del presupuesto hospitalario).
La definición de áreas de cuidados adaptadas a las diferentes (...)