El desplome de las Bolsas el pasado 21 de enero, “lunes negro”, constituye un claro indicador de la falta de confianza en el plan de relanzamiento de la economía norteamericana, anunciado unos días antes por George W. Bush, con un montante de más de cien mil millones de euros. La urgente intervención de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) con una espectacular bajada de los tipos, ha permitido calmar los ánimos. ¿Por cuánto tiempo? ¿Podrán esas medidas evitar una recesión en Estados Unidos y alejar el espectro de un verdadero crack mundial? Numerosos expertos así lo creen. Pero también piensan que una reducción de las previsiones de crecimiento y una ralentización de la economía mundial serán inevitables.
Otros analistas, adeptos al capitalismo, se muestran mucho más alarmistas. Así, por ejemplo, en Francia, Jacques Attali profetiza que “en breve (…) la Bolsa de New York, garante de la pirámide de (...)