¿Por qué los muertos vivientes nos fascinan?
Zombis e ideología
Los zombis se han puesto de moda en la cultura de masas, generando una industria cultural que, sólo en EEUU, mueve unos 2.500 millones de euros. ¿A qué se debe su éxito? Posiblemente a que ofrecen una visión desfigurada de varios miedos contemporáneos. Son una representación de nuestra angustia ante una división del trabajo que ya no nos permite ser autosuficientes; del miedo a caer en estilos de vida que nos parecen muertos, o del miedo a romper relaciones personales que se mantienen por inercia, sin vida…
Como sucede con otros géneros de la cultura popular, es necesario desentrañar sus supuestos ideológicos, tanto para comprender mejor los mecanismos de la hegemonía ideológica del capital como para poder luchar contra ella.
por Saturnino Martínez García,
octubre de 2012
La tradición zombi tiene su origen en la época de la esclavitud en Haití. El esclavo que temía ser vendido, simulaba su muerte, y su familia su entierro, para, posteriormente, vivir de forma oculta en la plantación. La idea del zombi surgió para poder explicar que el “muerto” era visto fuera de su “tumba”. Se tejió así la idea de que el zombi vuelve a la vida debido a los conjuros de un brujo, que será su señor. Es decir, en la sociedad de esclavos, se puede seguir siendo esclavo incluso después de muerto. O sea, las dimensiones de la idea de zombi, en su origen, son dos: una coartada para que los vivos tengan más espacios de libertad; y recrear el miedo a la esclavitud.
Como muerto viviente, el zombi entró en la cultura occidental –en el cine– en los años 1930. Recordemos, entre otras, la película Yo anduve con (...)