Desempleo, pobreza, recesión… De la crisis económica y financiera desencadenada por el derrumbe de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos ya se conocen algunos de los efectos. ¿Habrá además –y con mayor discreción– debilitado la adhesión, hasta ese momento total, de los altos ejecutivos al sistema económico mundial, afectando la relación entre un modelo de organización social y sus más fieles lugartenientes?
“En 2007-2008, algo quedó claro: en lugar de permitirles a las familias ahorrar para sus jubilaciones y a las empresas financiar sus proyectos industriales o de servicios, el sistema financiero, que se presentaba como un intermediario, se había preocupado sobre todo de sí mismo, acaparando la renta”, nos cuenta Bruno Biais, profesor de finanzas en la Toulouse School of Economics y director de investigaciones en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés). Y el economista liberal se indigna: “Cuando agentes económicos como los traders (...)