Los demócratas viven tiempos extenuantes. Sobre el papel, por supuesto, parece como si el cambio democrático se estuviera estableciendo de un modo que habría sido inimaginable en los años 1980. En China, la clase media en expansión ha traído consigo expectativas más altas de gobierno. Las dictaduras militares de países como Myanmar, al tener que enfrentarse al desastre económico, han iniciado una apertura de sus sistemas políticos. Y, por encima de todo, la gente en el mundo árabe ha comenzado a interesarse activamente por cómo están gobernadas sus sociedades; se ha producido un verdadero despertar.
El Foro Mundial por la Democracia de Estrasburgo (%-11 de octubre de 2012) se celebra en un momento de cambios profundos. Para el Consejo de Europa, que siempre ha pretendido promover la democracia como un componente esencial de protección y prevención de los derechos humanos, estos deberían ser tiempos de alborozo. No sólo conservamos cuidadosamente la (...)