Para sus partidarios, el neoliberalismo no es una ideología. Es un proyecto natural y evidente para la expansión de las libertades. Existe sin embargo una jerarquía dentro de esas libertades. Algunas –aquellas vinculadas a la economía y a las finanzas– son efectivamente mucho más importantes que otras, y por eso, en sus tratados, la Unión Europea (EU) las califica significativamente de “fundamentales”. Se trata de las libertades de circulación de capitales, bienes, servicios y personas (o mejor dicho, mano de obra…). Todo ello con la “competencia libre y no falseada” como principio rector. La UE se convirtió así en la primera entidad interestatal organizada con vistas a inscribir en su ordenamiento jurídico los fundamentos de la utopía neoliberal, a saber, la hegemonía de los mercados –en primer lugar los mercados financieros– y el debilitamiento del Estado.
La creación del euro, por el tratado de Maastricht de 1992, constituyó un paso (...)