“Una crisis continuada es una prueba, los fuertes la superan, los débiles sucumben. El centro no se rompe con cada golpe. Al contrario… Actualmente, nos encontramos inmersos desde hace algunos años en una crisis mundial que se anuncia fuerte y duradera. Si Nueva York sucumbiese a la prueba –lo que no creo en absoluto–, el mundo debería encontrar o inventar un nuevo centro; si Estados Unidos resiste […], puede salir más fortalecido de la prueba, porque las otras economías corren el riesgo de sufrir más que Estados Unidos la coyuntura hostil que atravesamos”.
Esto lo escribió el historiador Fernand Braudel en 1977, en una reflexión acerca de los movimientos lentos de descentralización y reconcentración en la economía-mundo europea desde el siglo XIV y, posteriormente, en la economía capitalista mundial en los siglos XIX y XX. Unos y otros provocados por “crisis prolongadas de la economía general”. Desde entonces, su juicio no (...)