Pocos días después de la primera reunión entre representantes de Belgrado y de Pristina desde el fin de la guerra en Kosovo, realizada el 14 de octubre en Viena, un anciano serbio, que había quedado aislado en un poblado albanés, murió de hambre ante la indiferencia de sus vecinos, que no le brindaron la menor ayuda. Ese trágico hecho pone de relieve la terrible situación que aún siguen padeciendo los 80.000 serbios de Kosovo, y la violencia cotidiana que continúa prevaleciendo en ese protectorado de las Naciones Unidas (ONU), a cuatro años y medio de terminada la guerra.
La intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a principios de 1999, tenía oficialmente como objetivo detener las exacciones del régimen de Slobodan Milosevic contra la comunidad albanesa, y lograr la retirada de sus fuerzas de seguridad de Kosovo. La resolución 1244, adoptada por el Consejo de Seguridad de la (...)