«Brasil no ha alcanzado la pubertad por culpa de la elite colonial que nos inculcó las ideas de individualismo y rentabilidad. Mi generación es solitaria, pero debería ser solidaria». Esta constatación en forma de consigna lleva la firma del músico Lenin. Este cuadragenario vivaz, nativo de Recife, debe su nombre a su padre, figura del Partido Comunista (PC) en el Nordeste brasileño. En su casa, el gato se llamaba Rosa Luxemburgo y el perro Fidel. El nombre de pila del hermano era Ernest Renan, la madre practicaba macumba. En síntesis, en este ex estudiante de biología, el socialismo es surrealista, tropical… y más actual que nunca.
Al igual que su ilustre homónimo, Lenin anhela que el mundo (se) cambie. En «Falange Cannibal», da las gracias a todo el planeta, empezando por Jesús y Fidel: «A pesar de sus errores, Fidel sigue siendo el grano de arena frente a (...)