Las “plantas-medicamentos” son PGM (plantas genéticamente modificadas) en las que se ha introducido un gen, con el objeto de producir una proteína de interés farmacológico. Ahora bien, desde hace veinticinco años se utiliza la tecnología OGM (organismos genéticamente modificados) en laboratorio para producir diversas proteínas con fines terapéuticos (insulina, hormonas de crecimiento, vacunas, etc.), utilizando células de cultivo (bacterias, levaduras) y también células de insectos, ovarios de hámsteres o vegetales en fermentadores cerrados.
Los argumentos utilizados para justificar la repentina “necesidad” de utilizar plantas en medio natural, son de tipo técnico y económico. El argumento técnico afirma que, a menudo, las proteínas sólo se vuelven funcionales después de modificaciones químicas (como el agregado de azúcares) que las plantas serían más aptas para realizar. Pero la levadura, por ejemplo, a veces cumple esa función igual o mejor que las plantas. Incluso si los vegetales representaran el sistema ideal, se podría realizar el (...)