Viajes al planeta de los OGM

El Gobierno francés acaba de pedir al Parlamento que se pronuncie, mediante un procedimiento de urgencia, sobre un proyecto de ley relativo a los organismos genéticamente modificados (OGM), adelantándose a los ­deseos de la Comisión Europea y del complejo genético-industrial, que ve en la misma a un intermediario complaciente. Sin embargo, los conocimientos científicos sobre los riesgos medioambientales de los cultivos transgénicos en pleno campo son embrionarios y, cuando existen, francamente inquietantes. Por otra parte, los pretendidos beneficios de las plantas geneticamente modificadas (PGM) no han sido demostrados, salvo para incrementar los beneficios de los industriales. En tanto que las opiniones parecen mayoritariamente hostiles a manipulaciones genéticas no controladas, los Gobiernos, tanto los del Norte como los del Sur, están en trance de poner a toda la cadena agrícola y, más aún, al conjunto de los seres vivos y de la biodiversidad bajo la dependencia de algunas transnacionales. Frente a (...)