El pasado 4 de mayo de 2017, en Managua, una delegación de alto nivel del Fondo Monetario Internacional (FMI) comunicó al Gobierno nicaragüense sus recomendaciones para el próximo año: aumentar los ingresos fiscales mediante la eliminación de exenciones y exoneraciones así como gravar las ganancias de las empresas establecidas en las zonas francas.
¿Una institución financiera internacional encargada de señalar la hoja de ruta neoliberal que acusa a un Gobierno –¡considerado socialista!– por su falta de audacia en materia impositiva? Esta situación no es tan excepcional. En el transcurso de la última década, esta se ha dado muchas veces en América Latina, donde el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el tema tributario, se han mostrado más redistributivos que la mayoría de sus interlocutores gubernamentales, tanto de la derecha como de la izquierda.
Numerosos estudios e informes han demostrado que América Latina sigue siendo la región (...)