"Nil volentibus arduum": (nada es imposible para el que realmente lo desea): con esta cita latina, Bart De Weber, presidente de la Nieuw-Vlaamse Alliantie (N-VA, Nueva Alianza Flamenca), inició su alocución de victoria, la tarde del 13 de junio pasado en Bruselas. Con veintisiete de los cien escaños de diputados y nueve de los cuarenta escaños de senadores puestos en juego ese día en el Parlamento Federal belga, su partido se convertía así en la primera formación política del país. Una cita en la que la primera letra de cada palabra había sido cuidadosamente elegida.
El resultado electoral es tanto más notable cuanto que este partido, que reivindica su nacionalismo flamenco, viene de lejos. La N-VA, nacida en 2001 sobre las ruinas de la Volksunie (Unión Popular), disponía en ese momento de un único escaño en la Cámara de Representantes, ocupado por el diputado Geert Bourgeois; este había sido elegido dos (...)