El 11 de diciembre de 2008, sentado a la derecha del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente de la CEOE, Gerardo Díez Ferrán, esgrimía las reclamaciones que, en nombre de todos los empresarios españoles, debían atenderse para conseguir salir de la actual crisis económica. Entre todos los mensajes lanzados (necesaria mejora de la competitividad, reducción impositiva para los empresarios o apertura de un debate nacional sobre la energía nuclear), se encontraba la necesidad de flexibilizar las relaciones laborales en nuestro país.
En palabras de Díez Ferrán, la flexibilización de las relaciones laborales pasa por cuatro puntos que a nadie pueden resultarle, a estas alturas, desconocidos: rebaja del coste del despido laboral, facilidades empresariales para la contratación, reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social y moderación salarial para los trabajadores.
Bajo una óptica jurídica, resulta necesario recordar la situación normativa actual del orden social en el ordenamiento jurídico (...)