Ya en 1962, una recomendación de la Unión Europea evocaba los riesgos de cáncer que implicaba el amianto, pero sólo en 2005 comenzó a regir en Europa la prohibición total de dicho material. Cabe atribuir por entero esa lentitud al trabajo de lobby de las que fueron grandes empresas del amianto-cemento, como los grupos Eternit de Bélgica y de Suiza, y a la inercia de los Gobiernos. En varios países europeos la justicia persigue actualmente a los responsables de empresas que no informaron a sus trabajadores –o que les informaron de manera insuficiente– sobre los riesgos vinculados con la exposición al amianto. En los recientes procesos contra industriales de relieve, éstos insisten en que ignoraban sus peligros.
En su fallo del 4 de septiembre de 2006, el Tribunal Correccional de la ciudad francesa de Lille condenó a la empresa Alstom Power Boilers a una multa de 75.000 euros por haber expuesto (...)