Si las propuestas del emisario especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Martti Ahtisaari, presentadas el 2 de febrero de 2007, sirven como base para una resolución del Consejo de Seguridad de este organismo, colocarán a Kosovo en una senda que conduce inequívocamente a la independencia. Kosovo redactará su Constitución, tendrá su propio himno y bandera, y sobre todo, podrá afiliarse a todas las organizaciones internacionales, empezando por las Naciones Unidas. Por cierto que la palabra “independencia” no aparece en ninguna parte del texto de Ahtisaari. Sucede que decretarla no corresponde al Consejo de Seguridad, y de hacerlo, contradiría la Carta de la ONU. El acceso a la independencia resulta de dos acciones: su declaración, y su reconocimiento por otros países. Por último, el documento de Ahtisaari no incluye referencia alguna a la soberanía de Serbia: siendo que el derecho internacional no admite el vacío, eso significa la (...)
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La independencia de Kosovo, una bomba retardada
La última reunión de negociación sobre el futuro estatuto de Kosovo se ha celebrado en Viena el 21 de febrero de 2007. El jefe de la delegación kosovar Vetton Surroi exige la independencia, que el Parlamento serbio había excluido formalmente con su voto de 15 de febrero. Martti Ahtisaari, enviado especial de las Naciones Unidas, obtendrá como mal mayor un consenso a partir de su propuesta, que prevé una “soberanía bajo vigilancia internacional”. A falta de acuerdo, la decisión final deberá volver al Consejo de Seguridad.
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