Venezuela, Rusia, China...
Los Estados se apropian del arma petrolera
Un reciente informe del gabinete de estudios Wood Mackenzie (Edimburgo) indica que en el futuro será necesario invertir masivamente en extracción de petróleo de difícil acceso, con todo lo que ello pueda significar en términos de desgaste ecológico. El texto confirma, como tantos otros, la escasez de los recursos petroleros. Desde estos momentos, se agudiza la lucha por el acceso al oro negro entre las compañías internacionales, las compañías nacionales y los Estados. Los beneficiados son los dos últimos. Así, Venezuela renegocia las concesiones acordadas con los más importantes y les insta a entrar en sociedades mixtas donde el Estado sea mayoritario. Rusia vuelve a tomar el control de su sector gasífero, entregado a los intereses privados en los años ochenta, y vuelve a ser el accionista mayoritario de Gazprom. Por su parte, China y en menor medida la India, cada vez más activas en el mercado del petróleo, no dudan en tener relaciones directas con los Estados de África o de Oriente Próximo. Tras un eclipse de dos decenios, asistimos a una vuelta con fuerza de los poderes públicos.
por Jean-Pierre Séréni,
marzo de 2007
El 4 de diciembre de 2006 Petrochina, la primera empresa petrolera china, que cotiza en Hong Kong y Wall Street, superó a Shell, llegando a ser la sexta compañía en capitalización bursátil mundial. Sin embargo, no es más que la filial de una importante sociedad del Estado, la China National Petroleum Corporation (CNPC); otras dos compañías chinas la siguen de cerca, la China Petroleum & Chemical Corporation (SINOPEC) y la China National Off-Shore Oil Company (CNOOC). En 1999, estas sociedades operaban en Venezuela, Sudán, Azerbaiyán, Kazajistán, Birmania e Indonesia; ahora están presentes en unos cuarenta países.
China y la India, de donde proviene el grueso de la demanda suplementaria de hidrocarburos durante estos tres últimos años, tratan de coordinar su expansión en el exterior de su territorio para actuar de consuno. No es más que un signo, entre otros, del fuerte cambio que se está operando en la industria petrolera mundial, (...)