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Los opositores rusos son siempre unos corruptos…

A comienzos de los años 2000, Vladímir Putin instrumentalizaba la lucha contra la corrupción para arrebatar a los oligarcas de la “era Yeltsin” el poder que habían acumulado durante la transición. Había llegado el momento de que los allegados del presidente se enriquecieran. Quince años más tarde, las malversaciones y las concusiones siguen formando parte del capitalismo ruso.

por Tony Wood, septiembre de 2019

Decenas de miles de rusos salieron a la calle este verano; la policía antidisturbios arrestó a un número récord de manifestantes e hirió a muchos más. El detonante de estas protestas fue el rechazo de las autoridades moscovitas a dejar que candidatos de la oposición se presenten a las elecciones municipales del 8 de septiembre. Con todo, más allá de esta cuestión, catalizaron múltiples descontentos con respecto al sistema vigente. Se inscriben en la continuidad de la protesta originada durante el invierno de 2011-2012, cuando la muchedumbre se enfrentó al frío para oponerse a la manipulación de las elecciones por parte del partido en el poder, Rusia Unida, y al regreso inminente de Vladímir Putin a la presidencia. Desde entonces, pese a la impresionante represión, las manifestaciones forman parte del paisaje político ruso, acentuando las tensiones tanto en el seno del régimen como entre la población.

Si bien la oposición se (...)

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Este texto es una versión actualizada y aumentada del artículo publicado en la versión impresa.

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