El ex banquero socialista Jean Peyrelevade, pasado de la banca pública a las finanzas privadas, y de François Mitterrand a François Bayrou, explicaba en 2005: “El capitalista ya no es directamente identificable. (...) ¿Con quién se rompe cuando se rompe con el capitalismo? ¿Qué instituciones hay que atacar para poner fin a la dictadura del mercado, fluido, mundial y anónimo?”. Este ex director adjunto del gabinete del primer ministro Pierre Mauroy concluía: “A falta de un enemigo identificado, Marx es impotente”.
Que un representante de las altas finanzas –presidente de Banca Leonardo France (familias Albert Frère, Agnelli y David-Weill) y consejero del grupo Bouygues– niegue la existencia de una oligarquía, ¿debe realmente sorprender? Más extraño es el hecho de que los medios de comunicación dominantes difundan esa imagen desencarnada y despolitizada de los poderosos de las finanzas. La cobertura periodística de la designación de Mario Monti como presidente del Consejo Italiano (...)