Se atribuye a Winston Churchill la paternidad de la expresión “relación especial”, en su discurso del 5 de marzo de 1946 en Fulton (Missouri), donde también evocaba por primera vez el “telón de acero” que iba a dividir a Europa en dos. Antes que él, otros habían celebrado esta específica relación bilateral, consolidada en los combates de las dos guerras mundiales. Al regreso de una gira por Estados Unidos, Arthur Balfour, ministro británico de Relaciones Exteriores de la época, en 1917 declaraba: “Nuestros dos pueblos proceden de la misma raíz […] ¿No nos unimos para siempre?”. Algo menos de un siglo después, Anthony Blair ya no subrayaba la comunidad genética: “Nos aliamos a EEUU no porque sea poderoso, sino porque compartimos los mismos valores”, afirmaba ante los embajadores del Reino Unido congregados en Londres el 7 de enero de 2003.
Aunque ritualmente confirmada como la base de la política exterior y (...)