Tras ser expulsada por el gobierno en 1977, Coca-Cola volvió a establecerse en la India el 23 de octubre de 1993, al mismo tiempo que la otra multinacional norteamericana, Pepsi Cola, se instalaba allí. Ambas empresas poseen en la actualidad 90 “plantas embotelladoras” que son, en realidad “plantas de extracción”: 52 unidades pertenecen a Coca-Cola y 38 a Pepsi Cola. Cada una de ellas extrae entre 1 y 1,5 millones de litros de agua al día.
Por sus mismos procedimientos de fabricación, estas bebidas gaseosas presentan riesgos innegables. En primer lugar, porque la succión de las superficies subterráneas realizada por sus plantas de embotellamiento despoja a los pobres del derecho fundamental a aprovisionarse de agua potable. En segundo lugar, porque esas plantas arrojan residuos tóxicos que amenazan el entorno y la salud pública. Finalmente, porque las gaseosas son bebidas notoriamente peligrosas para la salud. El Parlamento indio constituyó una comisión parlamentaria (...)