Como ha evidenciado el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y quien fuera su homólogo estadounidense, Donald Trump, los llamados líderes “populistas” no han sabido gestionar correctamente la pandemia al menos por tres razones: su predilección por la demagogia y las baladronadas nacionalistas los empuja a rechazar las restricciones inherentes a las políticas sanitarias en favor de prácticas “disruptivas”; su menosprecio hacia los expertos, a los que equiparan con el establishment “sabiondo”, les induce a tomar en consideración los remedios de los charlatanes; y, por último, su megalomanía los conduce a desechar la más mínima objeción con un gesto despectivo y a rodearse de sicofantes incompetentes que ni se atreven a decirles la verdad ni tienen la más mínima idea de nada.
Este cóctel, sumado al deplorable estado del sistema sanitario público indio, al que el gobierno central nunca ha destinado más del 5% de su presupuesto anual (frente a más del (...)