- Imagen de archivo de Marielle Franco, concejala de Río de Janeiro por el partido PSOL, asesinada el pasado 15 de marzo.
Desde 2016 y la destitución de la presidenta Dilma Roussef por parte del Congreso –una operación que la izquierda designa con el término de “golpe de Estado parlamentario”–, Brasil parece retomar un pasado que muchos daban por finalizado: el de una tierra regida por los “coroneles” y los bandeirantes, esos caciques locales que utilizaban la violencia para librarse de aquellos que le molestaban. Los que molestan son la izquierda y los necesitados, sobre todo los “sin tierra” que ocupan tierras que no son trabajadas y que, según la Constitución, deberían redistribuirse en el marco de la reforma agraria.
Mientras que el país va a conmemorar el próximo 13 de mayo los 130 años de la abolición de (...)