La austeridad radical impuesta a Grecia desde 2010 no solo ha empeorado la situación económica y el endeudamiento del país, con una caída de la producción y un aumento del desempleo. Entre los habitantes de Atenas, según los datos de un estudio inédito realizado en las aguas residuales de la ciudad, la crisis también podría haber causado un aumento considerable del consumo de psicotrópicos (multiplicado por 35 entre 2010 y 2014), de ansiolíticos a base de benzodiacepinas (multiplicado por 19) y de antidepresivos (multiplicado por 11).
Investigadores de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas han estudiado metódicamente las manifestaciones de la “angustia cotidiana” descrita por el primer ministro Alexis Tsipras. Cada semana, de 2010 a 2014, Nikolaos Thomaidis y sus compañeros tomaron muestras de las plantas de tratamiento de aguas residuales de la capital griega, que recogen las aguas vertidas por 3.700.000 habitantes (más de una tercera parte de la (...)