Los fundamentos para una música aceptable en Alemania entre 1933 y 1945 los estableció el musicólogo Richard Eichenauer en su obra Musik und Rasse (1932). Por el título (cuya traducción sería Música y raza) se intuye fácilmente que los criterios de inclusión/exclusión se barajaban más en lo étnico-religioso que en lo estético o en lo filosófico. Eichenauer fue pionero en la voluntad de relacionar la música con lo racial y, si bien es cierto que Musik und Rasse sirvió para establecer ciertas directrices, el hecho de reducir el criterio a cuestiones esencialmente supeditadas a la ascendencia –o no– judía de música y músicos desplegaba un sinfín de dificultades.
Uno de los primeros responsables de poner en marcha la nueva política musical del Reich fue el celebérrimo compositor Richard Strauss (1864-1949). No cabe duda de que, en 1933, era un artista aceptado y deseado por el régimen, en parte debido a que (...)