La reciente decisión del gobierno de Gran Bretaña de enviar a las islas Malvinas el HMS Dauntless, el destructor más moderno de su Marina, así como la llegada al archipiélago del príncipe William, enviado para realizar ejercicios militares, no hacen más que ratificar las voluntades enfrentadas entre Argentina y Gran Bretaña respecto a la resolución de la controversia por las islas Malvinas y los espacios marítimos circundantes. En efecto, desde el restablecimiento de la democracia y a través de la modificación de la Constitución Nacional en 1994 Argentina ha venido ratificando cada día su voluntad de dialogar con Londres y de recurrir a la diplomacia como única herramienta capaz de solucionar pacíficamente la controversia.
En este marco, el apoyo del bloque latinoamericano a los reclamos soberanos argentinos sobre el archipiélago austral constituye un dato central. Resulta llamativo también que, recientemente, Estados Unidos haya reconocido el control de hecho de Londres sobre (...)