China será la invitada del XXIV Salón del libro de París que comienza el 19 de marzo. La presencia china no modifica demasiado el carácter puramente nacional de este evento. En contrapartida, con el paso de los años, la Buchmesse de Frankfurt, con sus 6.000 expositores en representación de más de 115 países se ha convertido en el punto de encuentro mundial casi obligado de todas las editoriales, el gran mercado donde se compran y venden los derechos de traducción y de reproducción de todo tipo de libros. Más de 400 mil títulos, entre los cuales más de 100 mil novedades, se presentan cada año.
Pero esta espléndida fachada no debe engañarnos. En su gigantismo, Frankfurt es un fiel reflejo del doble movimiento que afecta a la difusión del libro y de la lectura a escala internacional. Por un lado, el enorme debilitamiento de las editoriales en los países pobres (...)