En otros tiempos, existía el primer mundo, el “Norte”, que constituía supuestamente un bloque de prosperidad; el segundo mundo, el de los países soviéticos; y finalmente el tercer mundo, que agrupaba a los países pobres del Sur sometidos desde los años 1980 a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). El segundo mundo estalló en pedazos a comienzos de los años 1990 con la disolución de la URSS. Con la crisis financiera de 2008, el primer mundo dio un vuelco, de modo que actualmente ninguna división geográfica parece pertinente. Sólo se distinguen dos clases de población: el puñado de aquéllos que sacan provecho del capitalismo contemporáneo y la gran mayoría que lo padece. Especialmente a través del mecanismo de la deuda.
Durante los últimos treinta años, los débiles eslabones de la economía mundial se encontraban en América Latina, Asia o en los llamados países “en transición” del antiguo bloque soviético. Desde (...)