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“Tu botín, mi crisis”

¿Hay que pagar la deuda?

El segundo plan de rescate de la deuda soberana de Grecia, decidido en la Cumbre europea del 21 de julio pasado, pretendía ser una “muralla contra la especulación” pero también ha fracasado. Tras unos días de frágil tregua, los tiburones de la especulación han vuelto al ataque con mayor ferocidad si cabe, azuzados por las agencias de calificación. Atenas no podrá pagar su deuda. Y si todo sigue igual, las consecuencias para el euro y la UE serán traumatizantes. Y aún más graves para los ciudadanos machacados por el paro, la austeridad y los recortes. Hasta que la política se atreva por fin a domesticar a las finanzas y a regular un capitalismo desbocado.

por Damien Millet y Eric Toussaint, agosto de 2011

En otros tiempos, existía el primer mundo, el “Norte”, que constituía supuestamente un bloque de prosperidad; el segundo mundo, el de los países soviéticos; y finalmente el tercer mundo, que agrupaba a los países pobres del Sur sometidos desde los años 1980 a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). El segundo mundo estalló en pedazos a comienzos de los años 1990 con la disolución de la URSS. Con la crisis financiera de 2008, el primer mundo dio un vuelco, de modo que actualmente ninguna división geográfica parece ­pertinente. Sólo se distinguen dos clases de población: el puñado de aquéllos que sacan provecho del capitalismo contemporáneo y la gran mayoría que lo padece. Especialmente a través del mecanismo de la deuda.

Durante los últimos treinta años, los débiles eslabones de la economía mundial se encontraban en América Latina, Asia o en los llamados países “en transición” del antiguo bloque soviético. Desde (...)

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