En la tarde del 9 de noviembre de 1993, mientras los ánimos se acaloran en torno a la inminente aprobación por el Congreso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, según su sigla en inglés), los partidarios de este tratado se mostraban con una arrogancia sin precedentes en los anales de la propaganda televisiva. Millones de estadounidenses acababan de asistir al “Larry King Show” en la CNN, que había presentado un debate entre el millonario Ross Perot, dirigente principal del movimiento anti-NAFTA y candidato independiente a las elecciones presidenciales, y el vicepresidente Al Gore, convencido de las virtudes del librecambio.
Entre el amateur y el profesional de la política, el enfrentamiento otorgó ventaja al segundo. Pero lo mejor estaba por venir. En caso de que la actuación de Gore no hubiera bastado para ganar la adhesión de las multitudes, la CNN reunió una segunda mesa compuesta de cuatro (...)