Al preguntarle a un encargado de obra que trabaja en las sedes olímpicas sobre el respeto de los derechos humanos y las normativas medioambientales, nos responde con una mirada incrédula: la cuestión parece fuera de lugar. En esencia responde que, si hubiera sido necesario empezar por erradicar la corrupción sistémica y consultar a la población por cada decisión administrativa, hoy las obras de la pista de patinaje apenas habrían empezado. “¡El Comité Olímpico Internacional paralizó cualquier iniciativa democrática al garantizar la realización de trabajos faraónicos en un tiempo récord! –confirma Fedor Lukianov, jefe de redacción de la revista de la diplomacia rusa Global Affairs–. Por lo tanto, lo que en esencia sucede en Sochi, en ningún caso puede constituir un test para el Estado de derecho en nuestro país”.
¡Qué importan las críticas! El respeto de los compromisos asumidos por el país permitió al presidente Vladímir Putin ganar una simbólica primera (...)