Maestro indiscutible de la fotografía mexicana, Rodrigo Moya dejó tempranamente la prensa, en 1967, al ver que su ideal de transformación social no se podía ejercer desde los medios dominantes. No abandonó sin embargo la fotografía tal como siempre la ha entendido, como un compromiso testimonial basado en el realismo y el humanismo. Este libro es la mejor síntesis, hasta el momento, de la obra del fotógrafo mexicano contemporáneo más trascendente, con un texto de Alberto del Castllo Troncoso bien documentado que aborda el análisis del fotógrafo y de su obra de forma clara y precisa.
Poco conocido hasta hace poco, incluso en su país, Rodrigo Moya tiene claro que ha pagado el precio de su compromiso con anonimato y puertas cerradas. En otro magnífico libro Conversaciones con fotógrafos mexicanos, de Claudi Carreras, Moya explica cómo la política cultural de dominio simbólico norteamericano atacó frontalmente todo lo que oliera a realismo, (...)