Rena Dourou saluda calurosamente a cada uno de los empleados de la Administración del sector norte de Atenas. En este invierno particularmente riguroso, en las oficinas de un inmueble desangelado reina un frío glacial. “La ausencia de calefacción también es crisis y austeridad”, nos explica la gobernadora de Ática, la región más poblada de Grecia con cerca de la mitad de la población del país. Dourou, de 39 años, fue elegida en mayo de 2014 en las elecciones regionales que consagraron la victoria de Syriza, una coalición de partidos de la izquierda radical opuestos a las políticas dictadas por la “troika” (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Pero se confiesa algo desilusionada: “El Gobierno nos pone trabas. Nos resulta difícil llevar a cabo nuestro programa”.
Dourou entró en funciones el pasado 1 de septiembre. Unos días más tarde, los servicios financieros le pidieron que firmara con urgencia el (...)