Domingo, 13 de enero de 2019. La temperatura en las llanuras de Nueva Gales del Sur es de 47°C y el río Darling agoniza en directo por televisión. La roja piel australiana se agrieta. En ocasiones el cielo se vuelve naranja, las tormentas de arena engullen pequeñas ciudades como Mildura (31.000 habitantes) y las sumergen en una noche extraterrestre.
Durante mucho tiempo, la cuenca hidrográfica del Murray-Darling, el granero agrícola del país, proporcionó un medio de supervivencia a casi una de cada dos granjas. Los periodos de sequía marcaron la vida de viñedos, huertos, pastos y campos de algodón que se extienden a lo largo de un millón de kilómetros cuadrados desde Victoria hasta Queensland, una superficie equivalente a la de Egipto. Pero a principios de 2019, el calor extremo ha causado la proliferación de algas verdeazuladas. Cientos de miles de peces muertos asfixiados flotan bajo el sol, víctimas de la (...)